3 mar 2010

Frio

Frío no como clima, sino como frontera, como virtud propia del pensamiento, como eterno resorte de influencia y voluntad, como lujuria, aunque parezca poco producente, como imagen única del cielo y del destino, supongo que, en algún punto, la miseria de la falta de abrigo y de sombra (en la secuencia que se crea en el parpado) tiña a la sensación de asqueadas formulas y sincericidios parejos, serios y con forma de canción… o de grito… o de cierre. La puerta, esto debería estar aparte, decide ser mar y no sentimiento, sino furia y compañía, así como el frío o el dolor se fumigan en el río, basta, no seas tan miedoso y solitario, procura una muerte mas digna para el color, no es culpa ni culpable, ni victima ni victimario, es… ajeno, pero eso no funciona como justificativo para desear, con esa intensidad, su muerte.
Pero habíamos dicho basta y el eco de la palabra debe ser más fuerte que el mismo cielo, que el ego y que el llanto. Supongo, ya por placer, que no queda estructura que no quiera ser rima de este delirio, que la idiotez vende, que la mediocridad funciona, que el encierro genera humedad, que la luz, soledad, que la sombra, misterio y que la misericordia, compañía. Aunque la letra quiera ser mas que el propio lamento y que el quejido sea mas puro, viril, irónico y asqueroso que el nuevo color de oreja…si, el inicio como tal queda olvidado, no hay deseos sueltos ni paganos recuerdos, todo funciona como anhelo.

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