Supongo que si todos terminan por creer lo frío de los diferentes tipos de realidad se convierte en algo más que una tendencia del ente propio conocido como persona, pero no hay quienes se lamenten en el lamento, todavía no. Tal vez sea la imagen de la autoprotección que se completa en el reflejo del espejo del reflejo del espejo, en frente de la superposición que un hábito convirtió en costumbre. No, igual no, la misma línea no permite ese desenlace, no lo quiere, no lo desea, lo prohíbe, limita, acompleja, vacía (en peor parte) para buscar ese algo más, más allá del plano de la realidad como representación.
Supongo, no, ya no, creo… no, tampoco, ya es foco, punto, línea, objeto, aroma, tacto, belleza, extrañeza de nada, si, espíritu fluorescente, valor como infinito objetivo máximo de la creación, la creación misma… si, se que, lo se y lo siento, que lo frío de mi realidad dependerá del capricho de mi destino, consecuencia inerte por inercia, de ser el sentimiento del pensamiento de mi conciencia.
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